Por: toto
Los proyectos, sea cual sea su enfoque y los aspectos que asuman para su ejecución, deben tener unos lineamientos claros que regirán su futura y adecuada funcionalidad.
La Biblioteca Pública concebida desde su carácter institucional y su definición conceptual conlleva unos lineamientos basados en políticas internacionales que han regido su funcionalidad acorde a los entornos en que yace inmersa. Sin embargo, e iniciando con la reflexión con la que se quiere dilucidar este escrito, se ofrece un planteamiento que no pretende otra cosa que proponer una perspectiva generadora de claridades específicas respecto a un adecuado funcionamiento misional y visional de tal institución. Desde los discursos teórico/prácticos bibliotecarios es sabido el rol activo que cumple la Biblioteca Pública con relación a la inclusión social, los procesos de encuentro con el arte y la cultura y asimismo con apoyo a ítems educativos. Ahora, este rol activo se pone sobre la mesa en la perspectiva de que la Biblioteca Pública desde la estructura proyecto sea advertida a partir de las siguientes preguntas: ¿Es la Biblioteca Pública un proyecto político, ó un proyecto cultural, ó un proyecto educativo? De manera terminante y desde la inmediatez se dirá que lo político cobija todo. Quizás, y a la luz de quién asume lo referente a recursos y asimismo acorde a como se ha venido ejecutando, exponiendo y discutiendo a través del tiempo, se tendrá claro que es un proyecto político. Pero, y para poder entablar la reflexión bien podría debatirse desde preguntas como: ¿qué es y qué implica lo político? De lo que es lo político, ¿qué y cómo se presenta en la Biblioteca Pública? ¿Qué elementos de lo político NO se presentan en la Biblioteca Pública y porqué NO se presentan? ¿Es entonces la Biblioteca Pública un proyecto político?
Asimismo, y partiendo de lo funcional y de la concepción que se tiene hasta el momento, se podría denotar que la Biblioteca Pública contribuye a procesos educativos, por lo tanto, y desde una visión futurista, ¿se podrá llegar a hablar de la Biblioteca Pública como un proyecto educativo, en tanto quienes rigen su perdurabilidad en el tiempo son los entes educativos y culturales de un estado, que desde sus realidades requieren de la consecución y hasta la autosostenibiliadad presupuestal? Es decir, como proyecto educativo y partiendo de la premisa de las innovadoras metodologías estratégicas que se ofrecen allí, sería un aporte sustancial, no solo a los procesos formativos de los individuos, sino hacia el presupuesto estatal.
Ahora, y en aras de la fuerza que a fortuna de la sociedad ha venido obteniendo las artes y la cultura, es también una literaria puesta en escena que la Biblioteca Pública sea vista como un proyecto cultural.Los nuevos megaproyectos bibliotecarios, sus infraestructuras, eventos y artistas, bien podrían obtener, en términos futuros, un enunciado que respondiese a espacios en los que, aparte de eventos culturales, también se respira aires exhalados por la información ofrecida en variados soportes, ¿es, o se podrá hablar de la futura Biblioteca Pública como un proyecto cultural? Es así, como desde estas ópticas surge premisas y preguntas como: de acuerdo al proyecto como se conciba la Biblioteca Pública, ¿sus políticas (misión y visión) hacia donde deben enfocarse? ¿Qué elementos se debe asumir en la prestación de servicios y el ofrecimiento de programas para que cumplan con los lineamientos del proyecto? ¿Qué recursos serían necesarios para una adecuada funcionalidad de la Biblioteca Pública como proyecto tal?
No se trata de lanzar pinceladas de ingenuidad respecto al tema, sino de dar evidencia de las reflexiones y preocupaciones que han surgido en los encuentros, debates y exposiciones organizacionales e institucionales, donde se ha percibido fervientemente la errada visión que se tiene de la Biblioteca Pública. Se trata también, no de graficarse un espacio futuro especializado, sino de tener claridad en el enfoque funcional que se considera debe tener la Biblioteca Pública. Se trata de ejecutar los servicios y programas, no orientados desde políticas internacionales, sino desde unas reales necesidades de los usuarios. Se trata de ofrecer un espacio que desde lo político contribuya con lineamientos claros al apoyo educativo, al apoyo cultural. Se trata de que los servicios que se presten, se ejecuten desde lineamientos y enfoques claros, puesto que hay ocasiones en que estos, bajo profundidades con tintes educativos se presentan como espacios políticos. Se trata de ofrecer programas que formen Usuarios acorde a sus expectativas y no desde esferas culturales, cuando su reflexión se centra en la crítica política y/o ejercicio de ciudadanía.Puede ser que se esté hablando a partir de folklorismos concientes, pero también podría discutirse de un folklorismo intelectual/conciente cuando se expresa acerca de la razón de ser de la Biblioteca Pública como una institución de carácter social que se evidencia como proyecto político, sin, de pronto considerarse que los errores en la planeación y ejecución de los servicios y programas están relacionados con sus profundas falencias de concepción.