Por: toto
""El hombre no es lo que debe ser" - Hegel
Las Bibliotecas Públicas tienen una clara concepción teórica en cuanto al quehacer funcional y establecimiento de servicios y programas.
Desde las mismas políticas propuestas por las agremiaciones mundiales frente al quehacer de las Bibliotecas, existen las pautas consideradas necesarias para un adecuado desenvolvimiento de estas instituciones de carácter social.
Sin embargo, y sin pretender sentar la palabra en posiciones únicas y/o de rotunda verdad, se plantea la siguiente reflexión centrada en un tema que, con base en las experiencias vividas hasta el momento, ha generado inquietudes frente a las nuevas demandas de quienes acceden a los servicios y programas de la B.P.: los Usuarios.
Leer la Biblioteca Pública como institución de carácter social no es un acto nuevo. Leerla desde estudios de entorno tampoco lo es, ni mucho menos leerla desde las necesidades de los Usuarios.
Lo que sí es de tener en cuenta es que de acuerdo a las nuevas dinámicas sociales, entendiendo estas como aquellos movimientos económicos, políticos, religiosos y culturales que se presentan como dato de evolución humana, y de los cuales es fundamental la participación del individuo miembro de la sociedad. Es este último, y siendo preciso, como partícipe del desenvolvimiento de la Biblioteca Pública, quien ha venido inmiscuyendo otro ítem de necesidad para esta, como lo es el de plantearle inconcientemente un nuevo quehacer funcional: la formación.
Cabe anotar que inicialmente tampoco es nueva la palabra formación desde la B.P. Empero, sí es de anotarse el que se le debe dar otra mirada, y de manera consciente y doliente frente a lo que el Usuario del hoy le reclama.
No se quiere decir con esto que la B.P. debe convertirse en un espacio educativo. Pero sí sería de considerarse que formar a un Usuario del presente y para el futuro, lleva implícita la necesidad de ofrecerle no solo pautas de búsqueda y acceso a la información, o de ofrecerle servicios y programas acordes a sus “necesidades, o espacios de acercamiento con el libro y la cultura, sino que se debe repensar y replantear las políticas asumidas por estas instituciones respecto al tema en mención.
"El hombre no es lo que debe ser" dice Hegel. Desde esta óptica se podría preguntar igualmente ¿es el usuario de la B.P. lo que debe ser, de acuerdo a la “lectura” que se hace de él, y de acuerdo a lo que el Usuario del hoy demanda? ¿La necesidad del Usuario del hoy está realmente enfocada hacia el adecuado manejo de las herramientas bibliotecarias?
¿Está la Biblioteca Pública supliendo las realidades que le propone el Usuario del hoy y para el mañana?
Son solo algunas inquietudes que se exponen, puesto que es casi evidente que el Usuario hoy tiene otras perspectivas de búsqueda con relación a su participación en los procesos bibliotecarios.
Su formación no debe ser solo una formación tradicional frente a los servicios y programas, sino que debe conllevar la ejecución de estrategias para acercarlo, no solo a la información, al libro y la lectura, sino al conocimiento de sus expectativas de vida frente al mundo.
La Biblioteca Pública debe ser el espacio, o uno de los espacios que por virtud propenda por formar Usuarios y personas que estén a la par de las nuevas dinámicas sociales.
Se confunde formar con orientar. Formar es dar forma. Es tener evidencias claras frente a algo para “moldearlo” con relación a su entorno.
Formar al Usuario de la B.P implica concebir casi su realidad para estructurar sus falencias “íntimas” y externas de acuerdo no a sus necesidades básicas de información, sino al reto que es vivir en sociedad, en la sociedad y para la sociedad.
¿Qué usuario está formando la B.P. hoy? ¿Desde dónde establece las pautas de formación de un Usuario la B.P. hoy? ¿Hacia dónde dirige la B.P. la formación del Usuario del hoy y para el mañana?
Fomentar espacios de interacción y participación de un usuario ciudadano. De un Usuario conocedor de derechos y deberes constitucionales. De un Usuario que demande información para la toma de desiciones en su comunidad. De un Usuario que distinga los “poderes” científicos y literarios a partir de propuestas de lectura, con altos grados de profundidad y reflexión. De un Usuario que conciba la Biblioteca Pública como un ente FORMADOR de mentalidades y acciones frente a la sociedad y sus fenómenos.
Son también algunas de las “pasiones” y deducciones que se han estado gestando frente al deber ser de la B.P con relación a las futuras reales demandas del Usurio.
La lectura a profundis implica tener la capacidad de ver más allá de lo que el otro le propone. Implica centrar esfuerzos para el cumplimiento de objetivos frente al otro.
Es casi un ejercicio de radar el que desde la B.P. se debe gestar para entrar a jugar en el duelo que le propone la sociedad hacia un futuro: Individuo vs demanda/mercado vs falencias frente al mercado vs Formación de la B.P. para suplir sus otras realidades.
Es así, como, aunque desde tiempos atrás se ha parafraseado sobre los “retos” de las Bibliotecas, y en especial las B.P., se debe entrar de lleno al mundo “perdido” del Usuario que hoy, necesita ser formado con relación a su espacio social y lo que este le propone y demanda.
Las Bibliotecas Públicas tienen una clara concepción teórica en cuanto al quehacer funcional y establecimiento de servicios y programas.
Desde las mismas políticas propuestas por las agremiaciones mundiales frente al quehacer de las Bibliotecas, existen las pautas consideradas necesarias para un adecuado desenvolvimiento de estas instituciones de carácter social.
Sin embargo, y sin pretender sentar la palabra en posiciones únicas y/o de rotunda verdad, se plantea la siguiente reflexión centrada en un tema que, con base en las experiencias vividas hasta el momento, ha generado inquietudes frente a las nuevas demandas de quienes acceden a los servicios y programas de la B.P.: los Usuarios.
Leer la Biblioteca Pública como institución de carácter social no es un acto nuevo. Leerla desde estudios de entorno tampoco lo es, ni mucho menos leerla desde las necesidades de los Usuarios.
Lo que sí es de tener en cuenta es que de acuerdo a las nuevas dinámicas sociales, entendiendo estas como aquellos movimientos económicos, políticos, religiosos y culturales que se presentan como dato de evolución humana, y de los cuales es fundamental la participación del individuo miembro de la sociedad. Es este último, y siendo preciso, como partícipe del desenvolvimiento de la Biblioteca Pública, quien ha venido inmiscuyendo otro ítem de necesidad para esta, como lo es el de plantearle inconcientemente un nuevo quehacer funcional: la formación.
Cabe anotar que inicialmente tampoco es nueva la palabra formación desde la B.P. Empero, sí es de anotarse el que se le debe dar otra mirada, y de manera consciente y doliente frente a lo que el Usuario del hoy le reclama.
No se quiere decir con esto que la B.P. debe convertirse en un espacio educativo. Pero sí sería de considerarse que formar a un Usuario del presente y para el futuro, lleva implícita la necesidad de ofrecerle no solo pautas de búsqueda y acceso a la información, o de ofrecerle servicios y programas acordes a sus “necesidades, o espacios de acercamiento con el libro y la cultura, sino que se debe repensar y replantear las políticas asumidas por estas instituciones respecto al tema en mención.
"El hombre no es lo que debe ser" dice Hegel. Desde esta óptica se podría preguntar igualmente ¿es el usuario de la B.P. lo que debe ser, de acuerdo a la “lectura” que se hace de él, y de acuerdo a lo que el Usuario del hoy demanda? ¿La necesidad del Usuario del hoy está realmente enfocada hacia el adecuado manejo de las herramientas bibliotecarias?
¿Está la Biblioteca Pública supliendo las realidades que le propone el Usuario del hoy y para el mañana?
Son solo algunas inquietudes que se exponen, puesto que es casi evidente que el Usuario hoy tiene otras perspectivas de búsqueda con relación a su participación en los procesos bibliotecarios.
Su formación no debe ser solo una formación tradicional frente a los servicios y programas, sino que debe conllevar la ejecución de estrategias para acercarlo, no solo a la información, al libro y la lectura, sino al conocimiento de sus expectativas de vida frente al mundo.
La Biblioteca Pública debe ser el espacio, o uno de los espacios que por virtud propenda por formar Usuarios y personas que estén a la par de las nuevas dinámicas sociales.
Se confunde formar con orientar. Formar es dar forma. Es tener evidencias claras frente a algo para “moldearlo” con relación a su entorno.
Formar al Usuario de la B.P implica concebir casi su realidad para estructurar sus falencias “íntimas” y externas de acuerdo no a sus necesidades básicas de información, sino al reto que es vivir en sociedad, en la sociedad y para la sociedad.
¿Qué usuario está formando la B.P. hoy? ¿Desde dónde establece las pautas de formación de un Usuario la B.P. hoy? ¿Hacia dónde dirige la B.P. la formación del Usuario del hoy y para el mañana?
Fomentar espacios de interacción y participación de un usuario ciudadano. De un Usuario conocedor de derechos y deberes constitucionales. De un Usuario que demande información para la toma de desiciones en su comunidad. De un Usuario que distinga los “poderes” científicos y literarios a partir de propuestas de lectura, con altos grados de profundidad y reflexión. De un Usuario que conciba la Biblioteca Pública como un ente FORMADOR de mentalidades y acciones frente a la sociedad y sus fenómenos.
Son también algunas de las “pasiones” y deducciones que se han estado gestando frente al deber ser de la B.P con relación a las futuras reales demandas del Usurio.
La lectura a profundis implica tener la capacidad de ver más allá de lo que el otro le propone. Implica centrar esfuerzos para el cumplimiento de objetivos frente al otro.
Es casi un ejercicio de radar el que desde la B.P. se debe gestar para entrar a jugar en el duelo que le propone la sociedad hacia un futuro: Individuo vs demanda/mercado vs falencias frente al mercado vs Formación de la B.P. para suplir sus otras realidades.
Es así, como, aunque desde tiempos atrás se ha parafraseado sobre los “retos” de las Bibliotecas, y en especial las B.P., se debe entrar de lleno al mundo “perdido” del Usuario que hoy, necesita ser formado con relación a su espacio social y lo que este le propone y demanda.